martedì 6 agosto 2013

Reflexioncilla Espiritualidad - Filiación

Cada una de las escuelas de espiritualidad cristiana persigue, aunque quizá en modo diferente, un camino de transformación en Cristo. He escuchado algunos términos como Cristoconformación, imitación de Cristo, seguimiento de Jesús, en la Espiritualidad de la Cruz,  "Ser otros Cristos". Lo cierto es que todas ellas están fundamentadas en Cristo Jesús, Dios y Hombre verdadero.  Y subrayo la expresión HOMBRE VERDADERO, porque en ella se expresa la más bella antropología teológica que pudo haberse revelado. 

Cristo Jesús que con su encarnación revela al mundo, no solo la imagen del Dios invisible sino también la imagen verdadera del SER HUMANO, enfatizando la relación que configura y da sentido a la existencia humana: la filiación. Así es, definir al hombre tiene que ver con las relaciones, y entre ellas, la primordial es aquella que se establece con Dios, siendo Hijos en el Hijo Jesucristo. 

Y entonces si, cada itinerario de vida espiritual, podría ser definido primariamente como un camino para aprender a ser Hijos. Más aún, podríamos decir que cada escuela de espiritualidad es el establecimiento de una relación con Dios a través de Cristo. En nuestra espiritualidad, la relación con Jesús Sacerdote y Víctima es sinónimo de filiación, pero de una filiación muy particular, aquella en la que la obediencia es primordial. 

Es ahora que entiendo porque el P. Félix de Jesús nos recomendaba a nosotros sus hijos esta virtud. Obedecer es confianza de Hijo, es abandono en aquel que sabemos nos ama. Es la más tierna expresión de dependencia a Dios que pueda existir. Abandonados a su voluntad vivimos esa enigmática dimensión victimal de nuestro carisma. De ahí que Filipenses canta maravillosamente la obediencia hasta la muerte y muerte de Cruz.  Atención! el acento cae sobre la Obediencia de Cristo, y no sobre la imagen distorsionada que algunos dan al Padre, casi como si fuera el asesino de su propio Hijo. No!, aquello que impacta al corazón de hombre, es la voluntad de Cristo de ser fiel.... asumiendo los costos de su fidelidad para contigo, para conmigo. 

Sin lugar a dudas, la obediencia que se efectúa en el ser humano es motivada y movida por el amor. Sí, solo cuando me descubro amado, soy capaz de entregar al otro mi voluntad.  Qué clara es ahora para mí la frase de Conchita Cabrera: Quiero Unión de Voluntades!  o aquella del Padre Félix: quiero todo lo que tu quieras Jesús...  ¿no es esto acaso una expresión de un hijo que se sabe amado?

La Espiritualidad de la Cruz es una escuela de amor. Ya lo decía NP, en aquella frase que encontré a los pies del altar al inicio de mi noviciado y que guardo en mi corazón como gran tesoro,  Habéis venido a aprender a amar. Decir Espiritualidad de la Cruz, espiritualidad de Cristo Sacerdote y Victima, es sinónimo de escuela de disponibilidad, de donación, de entrega... es aprender a dar la vida por los demás, al estilo del Crucificado. Es la misma vida amorosa del Hijo. 



giovedì 20 giugno 2013

Cargar la Cruz de cada día.


La vida en sí misma representa para el hombre un continuo ponerse en juego: situaciones de trabajo que afrontar, relaciones interpersonales cotidianas, amor y desamor, situaciones de dolor, de alegría, de gozo, de enfermedad. Es también, por otro lado,  camino de TRANSFORMACIÓN, es decir, cada día nos esforzamos por ser mejores personas.
La vida está llena de esto, es mas, podríamos decir que la vida ES todo esto. 
Ahora bien, todo esto, en su parte de: esfuerzo, dedicación, constancia, dificultad, tenacidad, representa una parte del hombre a la que podemos llamar CRUZ. Además de muchas otras situaciones de dolor que ya en sí mismas representan nuestra CRUZ: Enfermedades, perdidas, pecados. (que es a lo que comúnmente la gente llama "mi Cruz").  Pues bien, al conjunto de todo esto, en nuestra espiritualidad, lo llamamos CRUZ de cada día.
Cargarla, significa pues, vivir mi vida al estilo de Jesús. Tomar las riendas de mi vida, ser responsable de ella y decidir cómo vivirla, es precisamente ser corresponsable con mi libertad asumiendo los compromisos de vida con entereza, con dignidad.
Cargar mi cruz de cada día implica ser guerrero en la lucha contra el mal, el pecado, la comodidad, la injusticia.
Implica ser paciente conmigo mismo, con mis errores, con mis desaciertos, con mis inconstancias... levantarme y seguir en la lucha de ser PERSONA, CRISTIANO, SANTO!
Vivir la cruz significa AMAR mi VIDA. Significa imitar a Cristo, que descubriendo la voluntad de Padre, se abraza a ella y la lleva hasta sus ultimas consecuencias.
La Cruz, es siempre un ejercicio de ABAJAMIENTO, de HUMILDAD. Es siempre un AMOR SACRIFICADO en favor de OTROS. La Cruz, vivida al modo de Jesús es siempre soteriologica.