lunedì 26 marzo 2012

El Crucificado

El Crucificado no tiene nada de aquella fuerza, potencia, superioridad que parecerían las caracteristicas del Divino: Más bien demuestra debilidad, inferioridad, sumisión. En el Crucificado no se ve un a un "dios", ni a un héroe y su estilo de ser y el modo en el que éstos mueren, es más, no es ni siquiera comparable al estilo de un sabio como Sócrates que murió en la calma y en la nobleza de su decisión.
Con una mirada contemplativa  y de adoración, podemos comprender que la ENTREGA de Cristo en la Cruz, la ENTREGA al Padre y a los hombres, refleja en Jesús una perfecta actitud de obediencia, de ofrecimiento y de amor.
La obediencia de Jesús, Hijo del Padre hasta la muerte, es la REVELACION coherente de su modo filial de referirse al Padre. El, que es la Palabra, desde siempre no puede sino vivir al estilo de la Palabra aceptada con obediencia.

Carlo Maria Martini.

venerdì 23 marzo 2012

La Cruz abraza a cada uno de nosotros y nos deja una misión en nuestra vida personal, en nuestra familia, con nuestros amigos y conocidos, ¡En donde quiera encontramos y nos encontramos con Cruces! Pienso en tantas familias quebrantadas o rotas, pienso también en aquellas enfermedades no aceptadas, en problemas en el corazon no resueltos: sentimientos y resentimientos amargos que se albergan dentro. ¡Cuántas de estas Cruces sube y bajan por los elevadores, caminan por nuestras calles, entran en el metro de la ciudad, viven en nuestra ciudad!
A menudo son Cruces sin nombre y sin esperanza. Son algunas veces cruces poco tolerables. te llevan a la desesperación o en el peor de los casos a la resignación.
Jesús, desde su Cruz, invita a cada uno de nosotros, hoy, a poner todas estas Cruces, y la nuestra, en relación con la suya.

Carlo Maria Martini.

Jesus con la Cruz

Es imposible acoger la Cruz de Cristo - y la Cruz del Cristiano- sin un camino de vida espiritual. La Cruz no tiene sentido para quien confía solo en la eficacia material, en programas técnicos o puros proyectos sociales. No tiene sentido para quien no quiere dar espacio a la vida interior, para quien piensa que los problemas humanos pueden resolverse pasando por encima del hombre, de su libertad, de su corazón.
La falta de profundas actitudes espirituales (de una vida interior, de una experiencia de Dios) tiende, por lo tanto a hacer vano el mensaje de la Cruz. Encontramos la Cruz en nuestras Iglesias, la ponemos en nuestras casas, la llevamos al cuello sin tener en realidad la fuerza y el coraje de tomar y aceptar nuestra propia Cruz junto a la de Jesús.

Carlo Maria Martini.