venerdì 23 marzo 2012

La Cruz abraza a cada uno de nosotros y nos deja una misión en nuestra vida personal, en nuestra familia, con nuestros amigos y conocidos, ¡En donde quiera encontramos y nos encontramos con Cruces! Pienso en tantas familias quebrantadas o rotas, pienso también en aquellas enfermedades no aceptadas, en problemas en el corazon no resueltos: sentimientos y resentimientos amargos que se albergan dentro. ¡Cuántas de estas Cruces sube y bajan por los elevadores, caminan por nuestras calles, entran en el metro de la ciudad, viven en nuestra ciudad!
A menudo son Cruces sin nombre y sin esperanza. Son algunas veces cruces poco tolerables. te llevan a la desesperación o en el peor de los casos a la resignación.
Jesús, desde su Cruz, invita a cada uno de nosotros, hoy, a poner todas estas Cruces, y la nuestra, en relación con la suya.

Carlo Maria Martini.

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